ÚLTIMA LLAMADA
Al anochecer, seguíamos jugando en la orilla de la playa;
hacíamos montañas de arena limpia que rellenábamos con agua cristalina.
Éramos uno con los elementos, casi inmaculados.
Todo aquello sucedió mucho antes de que, por maltratarla, ella empezara a hacernos aquellas señales...
Nos está llamando desde el fondo de los mares, desde las desheladas montañas, desde los desiertos...
Nos avisa que la cuenta atrás es inminente, si no cambiamos nuestra relación con ella.
Que sus complejos sistemas están a punto de colapsar.
Que, llegado el momento, no tendrá ningún reparo de terminar de sacudirse las pulgas.
¿Quién escuchará esta última llamada?
¿Qué les diremos a los que nos sucederán?
Aunque algunos de nosotros hemos escuchado y queremos pensar que hay esperanza...
No bastará, si todos los que la habitamos, no cambiamos nuestra forma de caminar sobre ella.
No hay tiempo para descubrir como plegar el espacio. No habrá planeta B.
¿Quién se atreverá a alardear de tecnología y civilización?
¿Qué les dejaremos a los que nos sucederán?
Yo, por mi parte, que vivo pegado a una olvidada y quebrantada albufera, intento amplificar su llamada.
Para ello, antes de que las costas puedan ser inundadas por las sucias aguas,
rescato sus orillas que conservo dentro de lienzos,
moldeo y pinto con sus arenas, pretendiendo hacerlo como ella lo haría.
A veces, recojo caracolas que ella me trae a la orilla y a las que escucho con mucha atención.
Es entonces donde, como en un espejismo,
consigo recordar cuando jugábamos a hacer montañas de arena hasta el anochecer.
Pablo Cros Bernabeu
..texturas, relieves, fuerza, evocación del espacio natural, sal, agua, arena, búsqueda de la
vida, la vida se abre paso, aunque tal vez sea su última llamada...
Observación de la transformación de la materia, fauna y flora en constante cambio, invasión antrópica que provoca una degradación, declive del estado natural de este ecosistema, naturaleza que nos rodea y permite vivir o convivir en ella.
Erupciones, explosiones, movimientos, deslizamientos que vive la Madre Tierra y se convierten en un aviso, llamada. Camino hacia el origen o fin definitivo de este espacio tal y como lo hemos vivido, sin pérdida de esperanza, sin tinte apocalíptico, aunque apremia, urge la acción y concienciación del ser humano.
Ya es tiempo de reacción, adelantos, anticipo por medio del trato de las texturas, materiales que son atraídos hacía Pablo Cros del interior del Mar, fuente de vida primera. Procesos exógenos que facilitan y aceleran el proceso de transformación, erosión, desgaste que en su obra se muestra por medio del tratamiento de las disoluciones, texturas, sal, arenas que fractalizan y exteriorizan el aspecto erial que nos sobreviene.
Esculturas, composiciones, conjuntos que ofrecen fragmentación, pérdida de unidad, fuerzas representativas por medio de su volumen y mensaje velado y claro, ha llegado el tiempo de actuar, de cambiar, escucha la llamada.
Estado natural primigenio, invasión antrópica, proceso de declive y decadencia, anticipo de un resultado inevitable. Explosión, carácter volcánico, la caracola es una llamada “última llamada”, urgencia y premura ante esta situación de crisis en alerta, caracola, llamada de la Madre Tierra. Mensaje directo que evidencia la relación entre Pablo Cros y la naturaleza, estado crítico, expresado por medio de arenas, marmolinas fijadas con cola y resinas.
Relojes de arena, cuenta atrás, deconstrucción de los elementos naturales del marco que nos abraza, la Tierra.
Pablo Cros es un intermediario entre la obra y el grito de auxilio de la Tierra, haz como el artista, escucha su llamada, su “última llamada”.
Tomás Ruiz Planes
Historiador de Arte